- 600 gr. de harina de fuerza
- 300 gr. de masa madre (15 gr. de Levadura fresca de panadero)
- 300 gr. de agua mineral o filtrada
- 10 gr. de sal
- 125 gr. de Aceite de Oliva Virgen Extra (medio vaso aprox.)
- 3 ajos
- 1 Ramita de Romero
- Sal gorda
- Embutido, aceitunas negras, tomatitos cherry, etc...
La víspera se majan 3 ajos y las hojas de la ramita de romero, una vez majados se le añade medio vaso de aceite de oliva virgen extra y se deja reposar en el aceite para que vaya macerándose.
Por la noche (la víspera si es MM, si es levadura fresca de panadero, con una hora antes de hornear bastará) amaso los ingredientes restantes, mezclo la harina con la sal y el agua y por último añado la MM y un buen chorretón del aceite macerado. Amaso unos 8-10 minutos y dejo levar la masa dentro de un bol tapado con film transparente.
Esta mañana la masa estaba espectacular, hinchadita y con un aroma a ajo y romero que te podías morir. La he sacado del bol y la he extendido sobre la bandeja del horno y su correspondiente papel de hornear. Después he hecho hendiduras con mis dedos en toda la superficie de la focaccia, atravesando la masa hasta el fondo de la bandeja, en definitiva, haciendo agujeros, no es necesario que quede bonito, se trata de un pan-coca rústico y a continuación le he decantado el aceite filtrado, se espolvorea con sal gorda y se le pone encima si queréis algo más, el embutido le va de perlas pero si no, tal cual es exquisita, la llevamos al horno precalentado, calor arriba y abajo 250º los primeros 5 minutos, después bajar a 200º hasta verla dorada.